miércoles, 18 de agosto de 2010

hay tantos abrazos que me quedaron lejos...



un hombre camina los días
rozando abismos que no conocerá nunca

una mirada limpia se trepa al olvido 
y el vidrio molido no lastima la intemperie de sus sueños

yo sigo esperando
acá adentro los espacios no envejecen
y está tan ahí tu presencia traslúcida
que casi es la misma esta luz de agosto

cada recuerdo es un ladrillo que late
la memoria es un barrio levantado a puro torcer el tiempo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen laburo Damián. Ya está terminado el cd de tanquitos? Fuertes los adelantos que suenan acá! Abrazo. Eduardo Albornos.

Anónimo dijo...

(Más allá de lo que te dije por Feisbuc)

"Una mirada limpia se trepa al olvido"... ¿será esa la clave para un olvido sanador?
Y no olvides que el abrazo desde los corazones, aunque parezca viertual, permanece improntado sin olvido.

Damián dijo...

yo tengo una teoría un poco menos complaciente: el olvido no existe.

uno decide, cuando puede, qué cosas le marcan el paso de la marcha de los días...

pero está todo ahí, siempre.