un hombre camina los días
rozando abismos que no conocerá nunca
una mirada limpia se trepa al olvido
y el vidrio molido no lastima la intemperie de sus sueños
yo sigo esperando
acá adentro los espacios no envejecen
y está tan ahí tu presencia traslúcida
que casi es la misma esta luz de agosto
cada recuerdo es un ladrillo que late
la memoria es un barrio levantado a puro torcer el tiempo
3 comentarios:
Buen laburo Damián. Ya está terminado el cd de tanquitos? Fuertes los adelantos que suenan acá! Abrazo. Eduardo Albornos.
(Más allá de lo que te dije por Feisbuc)
"Una mirada limpia se trepa al olvido"... ¿será esa la clave para un olvido sanador?
Y no olvides que el abrazo desde los corazones, aunque parezca viertual, permanece improntado sin olvido.
yo tengo una teoría un poco menos complaciente: el olvido no existe.
uno decide, cuando puede, qué cosas le marcan el paso de la marcha de los días...
pero está todo ahí, siempre.
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