domingo, 17 de abril de 2011


llueve/ y los techos
se lavan con un rumor empañado


llueve de noche
no hay demasiados autos que desafíen
la contundencia del fenómeno
permeando luz entre las gotas
conjurando márgenes ocultos
con el remanso que se desprende de su avance


llueve/ y el agua
se arrastra por la cara externa de este encierro
cae viaja se estanca/ arrastra las culpas del día
como una redención premeditada y posible
tan posible como que el vuelo sea fruto del pájaro
o que el tiempo habite en los relojes