viernes, 26 de marzo de 2010

de primera destilación




A veces, uno quisiera construirse una ciudad donde todas las caras fueran conocidas. O un barrio al menos, un barrio de casas de la infancia donde en cada puerta atienda un amigo, un pariente que se fue, una persona que no está.
A veces, cuesta mucho mirar hacia adelante y sentir el peso de saber que uno es un extraño para tanta gente, que nadie va a tocarte el hombro, o chiflarte, o llamarte por un nombre secreto que te trae a la boca años perdidos.
A veces, la globalización no alcanza, al menos por ahora, que las computadoras no me traen el olor del guardapolvo de mi señorita, o las manos lastimadas de mi nono, o los besos que nunca pude darle a tantas mujeres que conocí y que quise más o menos en secreto.


Todos están ahí, en el cielo, el infierno o algún territorio lejano. Poco importa. Porque están inevitablemente lejos, mucho más lejos que la muerte o un viaje en avión. 
Están lejos de una manera terrible y hermosa a la vez. Están la raíz de la memoria. 
Y a veces me gustaría tenerlos a mano, che. Pero no se puede. 
Y me acuerdo de mil caras, de toda una vida transcurrida agarrados como se agarran las cosas cuando somos chicos, como sintiendo que lo que no se ve se muere. Y me acuerdo de toda una vida separados, alejados en tiempo y espacio, porque tal vez la vida es solamente eso, alejarse.


Todos los lugares tienen algo de extraños, y uno siempre anda perdiéndose aunque sea por poco tiempo. 


Yo me miro las manos, y me refugio en la idea insuficiente de que estamos bien, de que fuimos, de que somos, de que recordamos. De que el tiempo pasa pero, a lo mejor, salgo hoy a trabajar, y cruzo la calle, agarro por la vereda de siempre, y te veo ahí, fumando, o escuchando música, o esperando el colectivo, sonriendo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Señor,un pequeño paso para la humanidad;un gran paso para Damián López.Ampliaremos::::::: (Dacal)

Damián dijo...

che che che, acá no se aceptan espantapájaros... revélese o nada!!!

Anónimo dijo...

Ha, si, perdón: Gustavo Dacal:::